Vitamina K2
La vitamina K ayuda al cuerpo en la construcción de huesos y tejidos saludables mediante las proteínas, de las cuales también produce y que ayudan a coagular la sangre. Si no tiene suficiente vitamina K, podría tener complicaciones para frenar el flujo de sangre.
Existen diferentes tipos de vitamina K, la mayoría de las personas las consume a través de las verduras de color oscuro. Las bacterias en su intestino también producen pequeñas cantidades de vitamina K.
Algunos estudios han sugerido la posibilidad de que nuestro organismo pueda obtener vitamina K2 a partir de la vitamina K1, gracias a la acción de las bacterias intestinales. Sin embargo, no se tiene muy clara debido a la situación de las bacterias que deberían hacer este trabajo, por lo que un aporte externo de esta vitamina tendría que ser fundamental.
Beneficios
Posee importantes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Mejora la salud ósea reduciendo el riesgo de osteoporosis, debido a que ayuda a depositar el calcio en los huesos favoreciendo su formación y manteniéndolos sanos, por esto mismo, ayuda a reforzar el esmalte dental..
Diversos estudios apuntan a la posibilidad de que niveles óptimos de vitamina k2 pueden tener efectos positivos en cuanto a la prevención y tratamiento en cáncer de hígado o próstata, aunque son necesarios más estudios concluyentes. Por otra parte, existe la posibilidad de que la vitamina k2 esté implicada en la regulación de la producción de hormonas como la progesterona.
Es considerada una vitamina muy antioxidante, es por eso que combate el envejecimiento del organismo causado por el paso del tiempo, actuando sobre todo a nivel hepático, cardíaco y renal. Estudios demuestran que aquellos deportistas que consumían alimentos ricos en vitamina k tienen un riesgo de 21% menor de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Además previene el riesgo de fracturas debido a que aumenta la densidad ósea.
Dosis
Las autoridades sanitarias europeas recomiendan consumir 75mcg de vitamina k2 en adultos y 35mcg para los niños. Si no se logran alcanzar estas cantidades mediante la dieta se recomienda su aportación a través de suplementos alimenticios. No se recomienda en pacientes que estén en tratamiento con anticoagulantes, ya que podría interferir en su tratamiento.