Manzanilla

La manzanilla es una de las plantas medicinales más antiguas y populares que se conoce. Sus flores blancas con amarillo pueden alcanzar los 60 cm de altura y es originaria de Europa occidental y del norte de Asia. 

La manzanilla cuenta con múltiples beneficios para nuestro sistema digestivo, para el sistema nervioso, el colesterol y para el cuidado de la piel y de los ojos.

Beneficios 

Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, protectoras y reparadoras de la membrana gástrica, la manzanilla es útil para tratar gastritis, dolores de barriga, úlceras digestivas, para expulsar los gases y para la recuperación de operaciones como la cirugía de la vesícula o la apendicitis. Se recomienda beberla en infusión después de comidas muy abundantes y para personas que sufran de dispepsia. 

Además, esta planta es ideal para el hígado porque estimula la expulsión de la bilis de la vesícula, para aliviar el dolor menstrual y para evitar los espasmos que se producen en el síndrome premenstrual.

Sus propiedades sedantes hacen que sea perfecta para tratar el insomnio, el nerviosismo y la depresión. Estos atributos sedantes añadidos a los digestivos pueden relajar el intestino irritable o inflamado, causado por patologías como el colon irritable o la colitis ulcerosa.

La colina, uno de sus componentes, ayuda a eliminar las grasas de la sangre y como consecuencia el colesterol disminuye. Además, es considerada un diurético suave que favorece la eliminación de líquido en el cuerpo y de toxinas como el ácido úrico. 

En cuanto a su uso medicinal externo, podemos destacar su uso como colirio natural para los ojos, para reparar las afecciones de la piel (granos, cortes, heridas, ampollas o dermatitis) y para tratar hongos en las uñas.

Dosis

Se recomienda tomar dos o tres tazas de infusión de manzanilla al día. Si se utiliza como suplemento en cápsulas o como extracto, no es recomendable tomar más de tres dosis diarias.

Contraindicaciones

Consumir manzanilla en exceso podría provocar mareos, náuseas y vómitos. Se recomienda evitar el consumo de manzanilla durante el embarazo y la lactancia, puesto que puede afectar al desarrollo fetal del bebé. 

Está contraindicada para personas que están tomando medicamentos anticoagulantes o antiinflamatorios, ya que puede aumentar el riesgo de hemorragias o interferir con la efectividad de los medicamentos.

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