BCAA

Los BCAA son un grupo de tres aminoácidos esenciales de cadena ramificada: leucina, isoleucina y valina. Al hacer deporte o seguir una dieta, la ingesta adicional de BCAA evita que el cuerpo recurra a sus propias reservas de proteínas para generar energía. 

Los BCAA representan aproximadamente el 40% de todos los aminoácidos esenciales presentes en nuestro cuerpo y alrededor del 18% de los que se encuentran en nuestros músculos. Por eso, se descomponen especialmente en los músculos, en lugar de en el hígado, y juegan un papel fundamental en la producción de energía mientras hacemos ejercicio. 

Las mejores fuentes de BCAA son la carne roja, el pollo, el pescado, los mariscos, los lácteos y los huevos. En el caso de mantener una dieta vegetariana, los BCAA pueden encontrarse en la soja, alubias, lentejas, trigo entero o en los frutos secos.

Beneficios 

1. Reducen el dolor muscular y contribuyen a que los músculos se recuperen más rápido y se sientan menos adoloridos después del ejercicio.  

2. Ayudan a la pérdida de grasa corporal y a prevenir el aumento de peso. 

3. Reducen la fatiga física y mental.  Cuando las reservas de glucógeno están bajas, los BCAA mejoran la oxidación de lípidos y evitan la fatiga y la quema de masa muscular. 

4. Reducen los niveles de azúcar en la sangre, estimulando la producción de insulina. 

5. Ayudan a aumentar la masa muscular, estimulando la síntesis de proteínas en el músculo, favoreciendo el crecimiento muscular y estimulando la hormona del crecimiento. 

Dosis 

Las cantidades recomendadas son de 5 gramos BCCA en polvo antes y después de hacer ejercicio. Si tu dieta aporta una cantidad suficiente de proteínas, entre 1,5 y 2,5 gramos por kilo de peso corporal, el consumo de BCAA no suele ser necesario.

Contraindicaciones

Suplementarse en exceso con BCAA produce que el cuerpo reciba mayor cantidad aminoacídica de la que puede metabolizar. De esta manera, cuando se vaya a eliminar del organismo ocasiona un mayor trabajo renal. Además, un exceso en la dosis durante bastante tiempo puede ocasionar alteraciones óseas, con disminución en la mineralización del hueso y mayor probabilidad de lesiones o fragilidad.

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